Las reuniones internacionales sobre el cambio climático han tenido lugar durante más de tres décadas y, aún así, persiste la sensación de que no hemos avanzado nada. Este año, mientras se celebraba una de las reuniones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), una inundación de proporciones catastróficas afectó al 85% del estado de Rio Grande do Sul en Brasil, incluida la capital. Al mismo tiempo, Kenia sufría las consecuencias de inundaciones que afectaron la capital Nairobi, el Parque Nacional y las tierras maasai en el Maasai Mara.
La mala gestión de las respuestas y políticas públicas de cada país exacerbó la situación. En el caso de Kenia, la capital está ubicada en la llanura de inundación del Río Nairobi. Si bien el Departamento Meteorológico esperaba mayores inundaciones que en años anteriores, la falta de desarrollo de una infraestructura apropiada agravó el efecto de las lluvias, al mismo tiempo que el gobierno federal no había alertado a los ciudadanos de manera adecuada. El impacto de la inundación fue aún más alto a partir del desmantelamiento continuo de las leyes ambientales.
De manera similar, el volumen de agua que cayó en el sur de Brasil fue anormal, pero se encontraba dentro de las predicciones. Sin embargo, desde 2019, el gobierno del estado de Rio Grande do Sul ha desmantelado leyes ambientales, ha propuesto un “Código Ambiental modernizado” y ha facilitado la deforestación de áreas previamente protegidas para la expansión de la ganadería. Debido a esto, no hubo una posible salida para el río Guaíba que cruza todo el estado.
A medida que estos eventos ocurren y los efectos del cambio climático se intensifican, las ideas de una catástrofe climática y del fin del mundo se intensifican en los medios y en los espacios internacionales liderados por las Naciones Unidas. La destrucción de la vida tal como la conocemos profundiza el sentido de urgencia para actuar que demandan los pueblos indígenas, activistas ambientales y científicos. Aún así, la burocracia de los foros ambientales internacionales avanza lentamente.
En 1988, una conferencia titulada “La atmósfera cambiante: implicaciones para la seguridad global” reunió a científicos atmosféricos de todo el mundo para generar conciencia sobre los cambios en los patrones climáticos y, más importante aún, mostrar predicciones sobre cómo estos cambios afectarían la vida a escala global. El encuentro fue considerado como el “primer consenso global” de que estamos viviendo una era de cambio climático sin precedentes, la cual es causada por la acción humana.
Sin embargo, cuando hablamos de urgencia y de catástrofe ambiental causada por la acción humana, ¿quiénes son exactamente los responsables? La justicia climática cuestiona cómo el cambio climático ha afectado a diferentes personas de diversas maneras y temporalidades. También cuestiona la noción de la “acción humana” como una causa vaga del cambio climático y, en su lugar, señala prácticas e historias específicas. Un ejemplo clave es la situación de los pueblos indígenas, quienes han enfrentado continuamente la destrucción de sus territorios, el despojo de sus tierras y la reubicación. Mientras tanto, el colonialismo permitió el desarrollo de la industrialización en el Norte Global y la expansión de los combustibles fósiles. Paradójicamente, sin haber contribuido significativamente al cambio climático, los pueblos indígenas son quienes más padecen sus impactos actualmente.
Los distintos grados de urgencia y la manera en que se enmarcan las causas del cambio climático están presentes dentro de la CMNUCC y en los múltiples grupos que participan en estos espacios. A lo largo de los años, el activismo internacional ha logrado abrir la COP a la sociedad civil y la presencia de los pueblos indígenas ha aumentado. Sin embargo, la incidencia de la industria petrolera también se ha fortalecido. De hecho, la última Conferencia de las Partes (COP 28), que contó con el mayor número de asistentes, se celebró en una de las principales capitales petroleras del mundo: Dubái.
La naturaleza de las reuniones de la CMNUCC gira en torno a la construcción y negociación de documentos por los países firmantes, conocidos como “Partes”. Este es un proceso centrado en los Estados, donde las Partes deben llegar a un consenso sobre las acciones de mitigación y adaptación. Los países firmantes son los únicos que tienen el poder de aprobar o rechazar la redacción final de los documentos negociados y tienen mayor acceso a las salas de negociación. La mayoría de los delegados indígenas que participan en estos eventos tienen un “estatus de observador”, similar al de las organizaciones civiles.
Los pueblos indígenas tienen un conjunto de derechos diferenciados garantizados por la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. El activismo indígena internacional ha luchado y garantizado la protección y el respeto de los derechos indígenas, ya que históricamente los Estados-nación han cometido actos de genocidio, explotación y despojo de tierras indígenas. A través de la arena internacional, los pueblos indígenas han ganado espacio no sólo para presionar y denunciar las acciones de los Estados-nación contra la vida, las prácticas y los territorios indígenas, sino también para abogar activamente por la inclusión equitativa de las voces y el conocimiento indígena en las discusiones globales sobre el cambio climático.
Los pueblos indígenas tienen una categorización distinta dentro de la CMNUCC como una “circunscripción basada en derechos”, junto con otras dos: “juventud” y “mujeres y género”. El importante papel de los pueblos indígenas en la lucha contra el cambio climático ha sido reconocido lentamente en las discusiones climáticas internacionales. El conocimiento y las prácticas indígenas deben ser consideradas a través de su consentimiento libre, previo e informado, y la participación indígena a este nivel global es esencial para monitorear cómo las Partes implementarán las políticas climáticas a nivel nacional y regional.
En 2008, la CMNUCC reconoció al Foro Internacional de los Pueblos Indígenas sobre Cambio Climático, un organismo que actúa como el Caucus de los Pueblos Indígenas que participan con el mandato de llegar a un acuerdo sobre qué negociarán. En 2015, el Acuerdo de París reconoció por primera vez en un documento de la CMNUCC la necesidad de respetar los derechos indígenas y que las Partes deben considerar como acciones de adaptación. Además, el Acuerdo de París indica que la adaptación debería estar guiada por la mejor ciencia disponible y, según corresponda, en el conocimiento tradicional, de los pueblos indígenas y los saberes locales.
Alineado con el Acuerdo de París, en 2015 se creó la Plataforma de Comunidades Locales y Pueblos Indígenas (LCIPP) para abordar las necesidades específicas de los pueblos indígenas y proponer eventos con mandato en diálogo con las Partes. Concretamente, la COP: “Reconoce la necesidad de reforzar los conocimientos, las tecnologías, las prácticas y los esfuerzos de las comunidades locales y los pueblos indígenas para hacer frente al cambio climático y darle respuesta, y establece una plataforma para el intercambio de experiencias y mejores prácticas sobre la mitigación y la adaptación de manera holística e integrada”.
Entre 2016 y 2018, las negociaciones mediadas entre el Foro Internacional de los Pueblos Indígenas sobre Cambio Climático, la ONU y las Partes continuaron para establecer el propósito, contenido y estructura de la LCIPP. La creación del Grupo de Trabajo de Facilitación (FWG), como un cuerpo constitutivo bajo la CMNUCC para operacionalizar aún más la LCIPP, se decidió en 2018, durante la COP 24. Su objetivo es facilitar la implementación de tres funciones: conocimiento, capacidad de compromiso y, políticas y acciones sobre el cambio climático. El FWG colabora con otros organismos dentro y fuera de la CMNUCC para mejorar las acciones de la LCIPP en el marco de la CMNUCC.
Actualmente, la Plataforma de Comunidades Locales y Pueblos Indígenas está implementando su segundo plan de trabajo trienal. Lleva a cabo reuniones regionales y una reunión anual junto con la COP, desarrolla materiales y planes de estudio indígenas, promueve talleres de capacitación anuales y facilita diálogos entre diversos actores. Por lo tanto, el Grupo de Trabajo de Facilitación actúa como un enlace para implementar la LCIPP y promueve una mejor inclusión institucional de los pueblos indígenas en las negociaciones de la CMNUCC.
A pesar de los avances, los pueblos indígenas aún enfrentan muchas barreras para su participación efectiva, y pocas Partes están comprometidas a apoyarlos. Por ejemplo, una de las actividades realizadas por el FWG durante la COP 28 en Dubái fue una reunión entre poseedores de conocimientos indígenas y las Partes. El objetivo era construir un espacio en el que sabios indígenas de todo el mundo compartieran sus prácticas, conocimientos y desafíos relacionados con el agua, para luego realizar un informe con las Partes y mostrar las voces indígenas en temas relacionados con el cambio climático. Si bien el diálogo fue rico, diverso y sustancial, la reunión posterior fue atendida sólo por los delegados de las Partes que ya eran aliados conocidos o tenían algún nivel de diálogo con la LCIPP.
El trabajo científico, considerado una medida confiable para las predicciones, proviene mayormente de científicos atmosféricos y naturales. La escala global del cambio climático, combinada con la naturaleza de las predicciones científicas, abstrae el problema de una manera que dificulta alinearlo con sus impactos en los territorios. La construcción de conocimiento sobre el cambio climático se ha limitado a las ciencias naturales y atmosféricas, pero sólo recientemente, después de más de 30 años, los científicos sociales contribuyeron al último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
Sin embargo, el conocimiento indígena y tradicional sigue excluido de las evaluaciones globales sobre el cambio climático debido a la propia naturaleza de la política climática y la construcción de conocimiento global. Los informes del IPCC sólo pueden considerar revistas revisadas por pares, es decir, artículos evaluados y aceptados por la comunidad científica. En consecuencia, el vasto y profundo conocimiento compartido por las comunidades indígenas de todo el mundo queda excluido de las discusiones internacionales sobre el cambio climático. No obstante, el conocimiento indígena debe tratarse con la misma autoridad que la producción científica.
Aunque se han producido cambios institucionales, estos aún son limitados. La naturaleza de las COP depende de la disposición de las Partes para abordar los problemas climáticos con la seriedad y la urgencia que sienten los pueblos indígenas a nivel local. La lentitud del proceso, la necesidad de depender de la disposición de las Partes para escuchar y los desafíos estructurales para la participación son barreras contra la plena participación de los pueblos indígenas.
Entonces, ¿por qué seguir participando en la CMNUCC? La respuesta corta es que las Partes y las empresas de combustibles fósiles seguirán participando en el proceso con una cantidad sustancial de influencia y medios. Si no estamos allí como pueblos indígenas, activistas ambientales, mujeres y jóvenes, continuarán ejerciendo su influencia sobre la COP y, a través de ella, sobre los territorios. Las acciones tomadas a nivel de la CMNUCC tienen un impacto directo en múltiples escalas. En otras palabras, parafraseando una frase que escuché en los pasillos de la COP: “Si no estás en la mesa, estás en el menú”.
La mala gestión de las respuestas y políticas públicas de cada país exacerbó la situación. En el caso de Kenia, la capital está ubicada en la llanura de inundación del Río Nairobi. Si bien el Departamento Meteorológico esperaba mayores inundaciones que en años anteriores, la falta de desarrollo de una infraestructura apropiada agravó el efecto de las lluvias, al mismo tiempo que el gobierno federal no había alertado a los ciudadanos de manera adecuada. El impacto de la inundación fue aún más alto a partir del desmantelamiento continuo de las leyes ambientales.
De manera similar, el volumen de agua que cayó en el sur de Brasil fue anormal, pero se encontraba dentro de las predicciones. Sin embargo, desde 2019, el gobierno del estado de Rio Grande do Sul ha desmantelado leyes ambientales, ha propuesto un “Código Ambiental modernizado” y ha facilitado la deforestación de áreas previamente protegidas para la expansión de la ganadería. Debido a esto, no hubo una posible salida para el río Guaíba que cruza todo el estado.
¿Quiénes son los responsables del cambio climático?
A medida que estos eventos ocurren y los efectos del cambio climático se intensifican, las ideas de una catástrofe climática y del fin del mundo se intensifican en los medios y en los espacios internacionales liderados por las Naciones Unidas. La destrucción de la vida tal como la conocemos profundiza el sentido de urgencia para actuar que demandan los pueblos indígenas, activistas ambientales y científicos. Aún así, la burocracia de los foros ambientales internacionales avanza lentamente.En 1988, una conferencia titulada “La atmósfera cambiante: implicaciones para la seguridad global” reunió a científicos atmosféricos de todo el mundo para generar conciencia sobre los cambios en los patrones climáticos y, más importante aún, mostrar predicciones sobre cómo estos cambios afectarían la vida a escala global. El encuentro fue considerado como el “primer consenso global” de que estamos viviendo una era de cambio climático sin precedentes, la cual es causada por la acción humana.
Sin embargo, cuando hablamos de urgencia y de catástrofe ambiental causada por la acción humana, ¿quiénes son exactamente los responsables? La justicia climática cuestiona cómo el cambio climático ha afectado a diferentes personas de diversas maneras y temporalidades. También cuestiona la noción de la “acción humana” como una causa vaga del cambio climático y, en su lugar, señala prácticas e historias específicas. Un ejemplo clave es la situación de los pueblos indígenas, quienes han enfrentado continuamente la destrucción de sus territorios, el despojo de sus tierras y la reubicación. Mientras tanto, el colonialismo permitió el desarrollo de la industrialización en el Norte Global y la expansión de los combustibles fósiles. Paradójicamente, sin haber contribuido significativamente al cambio climático, los pueblos indígenas son quienes más padecen sus impactos actualmente.
Los distintos grados de urgencia y la manera en que se enmarcan las causas del cambio climático están presentes dentro de la CMNUCC y en los múltiples grupos que participan en estos espacios. A lo largo de los años, el activismo internacional ha logrado abrir la COP a la sociedad civil y la presencia de los pueblos indígenas ha aumentado. Sin embargo, la incidencia de la industria petrolera también se ha fortalecido. De hecho, la última Conferencia de las Partes (COP 28), que contó con el mayor número de asistentes, se celebró en una de las principales capitales petroleras del mundo: Dubái.
Pensando en la gobernanza climática internacional
La naturaleza de las reuniones de la CMNUCC gira en torno a la construcción y negociación de documentos por los países firmantes, conocidos como “Partes”. Este es un proceso centrado en los Estados, donde las Partes deben llegar a un consenso sobre las acciones de mitigación y adaptación. Los países firmantes son los únicos que tienen el poder de aprobar o rechazar la redacción final de los documentos negociados y tienen mayor acceso a las salas de negociación. La mayoría de los delegados indígenas que participan en estos eventos tienen un “estatus de observador”, similar al de las organizaciones civiles.Los pueblos indígenas tienen un conjunto de derechos diferenciados garantizados por la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. El activismo indígena internacional ha luchado y garantizado la protección y el respeto de los derechos indígenas, ya que históricamente los Estados-nación han cometido actos de genocidio, explotación y despojo de tierras indígenas. A través de la arena internacional, los pueblos indígenas han ganado espacio no sólo para presionar y denunciar las acciones de los Estados-nación contra la vida, las prácticas y los territorios indígenas, sino también para abogar activamente por la inclusión equitativa de las voces y el conocimiento indígena en las discusiones globales sobre el cambio climático.
Los pueblos indígenas tienen una categorización distinta dentro de la CMNUCC como una “circunscripción basada en derechos”, junto con otras dos: “juventud” y “mujeres y género”. El importante papel de los pueblos indígenas en la lucha contra el cambio climático ha sido reconocido lentamente en las discusiones climáticas internacionales. El conocimiento y las prácticas indígenas deben ser consideradas a través de su consentimiento libre, previo e informado, y la participación indígena a este nivel global es esencial para monitorear cómo las Partes implementarán las políticas climáticas a nivel nacional y regional.
En 2008, la CMNUCC reconoció al Foro Internacional de los Pueblos Indígenas sobre Cambio Climático, un organismo que actúa como el Caucus de los Pueblos Indígenas que participan con el mandato de llegar a un acuerdo sobre qué negociarán. En 2015, el Acuerdo de París reconoció por primera vez en un documento de la CMNUCC la necesidad de respetar los derechos indígenas y que las Partes deben considerar como acciones de adaptación. Además, el Acuerdo de París indica que la adaptación debería estar guiada por la mejor ciencia disponible y, según corresponda, en el conocimiento tradicional, de los pueblos indígenas y los saberes locales.
Una plataforma para la participación de los pueblos indígenas
Alineado con el Acuerdo de París, en 2015 se creó la Plataforma de Comunidades Locales y Pueblos Indígenas (LCIPP) para abordar las necesidades específicas de los pueblos indígenas y proponer eventos con mandato en diálogo con las Partes. Concretamente, la COP: “Reconoce la necesidad de reforzar los conocimientos, las tecnologías, las prácticas y los esfuerzos de las comunidades locales y los pueblos indígenas para hacer frente al cambio climático y darle respuesta, y establece una plataforma para el intercambio de experiencias y mejores prácticas sobre la mitigación y la adaptación de manera holística e integrada”. Entre 2016 y 2018, las negociaciones mediadas entre el Foro Internacional de los Pueblos Indígenas sobre Cambio Climático, la ONU y las Partes continuaron para establecer el propósito, contenido y estructura de la LCIPP. La creación del Grupo de Trabajo de Facilitación (FWG), como un cuerpo constitutivo bajo la CMNUCC para operacionalizar aún más la LCIPP, se decidió en 2018, durante la COP 24. Su objetivo es facilitar la implementación de tres funciones: conocimiento, capacidad de compromiso y, políticas y acciones sobre el cambio climático. El FWG colabora con otros organismos dentro y fuera de la CMNUCC para mejorar las acciones de la LCIPP en el marco de la CMNUCC.
Actualmente, la Plataforma de Comunidades Locales y Pueblos Indígenas está implementando su segundo plan de trabajo trienal. Lleva a cabo reuniones regionales y una reunión anual junto con la COP, desarrolla materiales y planes de estudio indígenas, promueve talleres de capacitación anuales y facilita diálogos entre diversos actores. Por lo tanto, el Grupo de Trabajo de Facilitación actúa como un enlace para implementar la LCIPP y promueve una mejor inclusión institucional de los pueblos indígenas en las negociaciones de la CMNUCC.
A pesar de los avances, los pueblos indígenas aún enfrentan muchas barreras para su participación efectiva, y pocas Partes están comprometidas a apoyarlos. Por ejemplo, una de las actividades realizadas por el FWG durante la COP 28 en Dubái fue una reunión entre poseedores de conocimientos indígenas y las Partes. El objetivo era construir un espacio en el que sabios indígenas de todo el mundo compartieran sus prácticas, conocimientos y desafíos relacionados con el agua, para luego realizar un informe con las Partes y mostrar las voces indígenas en temas relacionados con el cambio climático. Si bien el diálogo fue rico, diverso y sustancial, la reunión posterior fue atendida sólo por los delegados de las Partes que ya eran aliados conocidos o tenían algún nivel de diálogo con la LCIPP.
Desafíos para abordar el cambio climático
El trabajo científico, considerado una medida confiable para las predicciones, proviene mayormente de científicos atmosféricos y naturales. La escala global del cambio climático, combinada con la naturaleza de las predicciones científicas, abstrae el problema de una manera que dificulta alinearlo con sus impactos en los territorios. La construcción de conocimiento sobre el cambio climático se ha limitado a las ciencias naturales y atmosféricas, pero sólo recientemente, después de más de 30 años, los científicos sociales contribuyeron al último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).Sin embargo, el conocimiento indígena y tradicional sigue excluido de las evaluaciones globales sobre el cambio climático debido a la propia naturaleza de la política climática y la construcción de conocimiento global. Los informes del IPCC sólo pueden considerar revistas revisadas por pares, es decir, artículos evaluados y aceptados por la comunidad científica. En consecuencia, el vasto y profundo conocimiento compartido por las comunidades indígenas de todo el mundo queda excluido de las discusiones internacionales sobre el cambio climático. No obstante, el conocimiento indígena debe tratarse con la misma autoridad que la producción científica.
Aunque se han producido cambios institucionales, estos aún son limitados. La naturaleza de las COP depende de la disposición de las Partes para abordar los problemas climáticos con la seriedad y la urgencia que sienten los pueblos indígenas a nivel local. La lentitud del proceso, la necesidad de depender de la disposición de las Partes para escuchar y los desafíos estructurales para la participación son barreras contra la plena participación de los pueblos indígenas.
Entonces, ¿por qué seguir participando en la CMNUCC? La respuesta corta es que las Partes y las empresas de combustibles fósiles seguirán participando en el proceso con una cantidad sustancial de influencia y medios. Si no estamos allí como pueblos indígenas, activistas ambientales, mujeres y jóvenes, continuarán ejerciendo su influencia sobre la COP y, a través de ella, sobre los territorios. Las acciones tomadas a nivel de la CMNUCC tienen un impacto directo en múltiples escalas. En otras palabras, parafraseando una frase que escuché en los pasillos de la COP: “Si no estás en la mesa, estás en el menú”.